Algunos medicamentos como los broncodilatadores de acción rápida y los corticoides (en comprimidos, jarabe o inyección) son recetados para controlar las molestias respiratorias de personas asmáticas.
Estos medicamentos (broncodilatadores y corticoides) no constituyen, en ningún caso, el tratamiento de fondo de esta enfermedad.
El asma es una enfermedad crónica que la mayoría de las veces necesita un tratamiento de fondo (tratamiento crónico) y un seguimiento con visitas periódicas, aun cuando el paciente no sienta ninguna molestia.
El asma se puede comparar a la diabetes o a la hipertensión arterial, ambas enfermedades crónicas que requieren de un tratamiento a largo plazo.
La gran mayoría de las personas asmáticas requieren un tratamiento de fondo antiinflamatorio que se debe mantener durante varios meses e incluso durante varios años.
El tratamiento de fondo permite combatir la inflamación crónica y evita que el asma se agrave.
Los medicamentos broncodilatadores de acción breve y rápida, también llamados broncodilatadores Beta-2 miméticos, son prescritos para aliviar una crisis de asma o episodios de tos que son equivalentes menores del asma. Actúan de inmediato contra el cierre de los bronquios y permite que se dilaten.
En la mayoría de los casos, el paciente experimenta una mejoría minutos después de su administración. Con estos broncodilatadores el enfermo respira mejor.
Su duración de acción es de cuatro a seis horas. También se utilizan medicamentos broncodilatadores de acción rápida justo antes de realizar ejercicio físico con el objetivo de prevenir la ocurrencia de molestias en personas que presentan un asma provocado por el ejercicio.
En ocasiones, los medicamentos broncodilatadores provocan taquicardia (aceleración de los latidos del corazón) que, por lo general, disminuye rápidamente. A veces, cuando estas manifestaciones se agravan o cuando el paciente presenta otras alteraciones cardíacas, la opinión de un cardiólogo es necesaria.
Muchas personas temen consumir este tipo de medicamentos porque son "malos para el corazón" o porque "de todas maneras no sirven para nada". En ocasiones, los médicos se ven obligados a realizar grandes esfuerzos para convencer a sus pacientes para que utilicen este tipo de medicamentos.
Cada vez más, los médicos prescriben los broncodilatadores de larga duración como tratamiento de fondo diarios. Por el contrario, los broncodilatadores de acción rápida se utilizan en caso de molestias súbitas o puntuales. Los broncodilatadores de larga duración sólo pueden prescribirse a pacientes que también reciben un tratamiento antiinflamatorio (corticoides inhalados).
Compruebe que el producto no esté vacío. Revise la fecha de caducidad. Una vez ha empezado a utilizar un frasco de aerosol, lo puede utilizar durante un año (siempre que no haya caducado antes)
Tenga varios envases a su alcance, en su casa o en el trabajo, ya que la crisis puede presentarse en cualquier momento. En muchos casos también es conveniente llevarlos encima (en el bolso o cartera).
La dosis de medicamentos broncodilatadores a utilizar depende de cada persona y de la gravedad del asma. Estos medicamentos se utilizan por períodos cortos. Si se necesitan más de 4 inhalaciones de broncodilatadores de acción rápida por semana (un envase contiene 200 dosis) significa que el asma no está bien controlada y que es necesaria la consulta con su médico.
La necesidad de aumentar las dosis del producto, en ocasiones hasta 12 o 15 inhalaciones por día indica que el asma se ha agravado y que se debe acudir con urgencia al médico para que le retoque su tratamiento de fonde que ya no es eficaz.
A veces, cuando las molestias respiratorias no se controlan con los broncodilatadores de acción rápida, es necesario preguntarle al médico si se puede utilizar medicamentos corticoides ya sea en comprimidos, en jarabe o en inyección.
Cuando los síntomas se agravan, las nebulizaciones que por lo general contienen broncodilatadores permiten controlar la crisis.
Estas nebulizaciones se realizan habitualmente en un Servicio de Urgencias, aunque también pueden realizarse en casa del paciente según un protocolo médico.