El antígeno carcinoembrionario (ACE), es una proteína normalmente presente en el feto que puede ser detectado sólo después del nacimiento. En el adulto podemos encontrarla en la superficie de las células del intestino delgado, del colon, del recto, del páncreas, del pulmón y del riñón. Como indicador tumoral, el antígeno carcinoembrionario va a ser encontrado en niveles elevados en la sangre en caso de cáncer.
Un análisis del antígeno carcinoembrionario puede ayudar a la detección de ciertos cánceres: cáncer colorrectal, cáncer de ovario, cáncer del páncreas, cáncer del pulmón.
El antígeno carcinoembrionario también puede ser prescrito para la vigilancia de muchos tipos de cáncer: del recto, del colon, del estómago, del páncreas, de las mamas, de la tiroides... Su dosificación permite juzgar la eficacia del tratamiento. Incluso puede ayudar al diagnóstico de ciertas enfermedades crónicas inflamatorias de los intestinos (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa hemorrágica).
Los resultados deben ser menores a 5.5 µg/L.
Las variaciones fisiológicas son observadas dependiendo del sexo y de la edad. Su concentración es más elevada en los hombres, en los ancianos y durante los dos primeros trimestres del embarazo.
La elevación del antígeno carcinoembrionario también puede encontrarse en los casos siguientes: enfermedad de Crohn, enfermedades inflamatorias digestivas y hepatobiliares, pancreatitis, afecciones pulmonares, insuficiencias renales, poliposis intestinal, ciertas gastritis y enfermedades del hígado (especialmente cirrosis).
Los valores normales de antígeno carcinoembrionario pueden variar de un laboratorio a otro. El médico es la persona que debe evaluar los resultados y confirmar la presencia o ausencia de un tumor, basándose también en el estado de salud del paciente y otros factores.
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