El edema de las extremidades inferiores corresponde a una salida de líquido plasmático de los vasos sanguíneos hacia el tejido intersticial a nivel de las piernas. Se evidencia por un aumento en el volumen de una o ambas piernas, en su totalidad o en parte. Un edema de los miembros inferiores puede ser blando o duro, rojo o blanco, y puede guardar durante cierto tiempo la huella de los dedos: a este signo se le conoce como edema fóveo. Multitud de causas potenciales pueden ser responsables en la aparición de una hinchazón en las piernas por lo que una consulta médica permite buscar el diagnóstico. El edema puede afectar a ambas piernas de manera homogénea y entonces puede ser debido a una insuficiencia cardíaca, hepática, venosa o renal pero también a problemas tiroideos o a medicamentos. Cuando afecta a una sola pierna, se sospecha de una obstrucción de la circulación linfática o venosa, de una infección o de una lesión a nivel de los nervios.
El paciente comprueba una hinchazón de uno o de los dos miembros inferiores, sobre una parte o sobre la totalidad de las piernas. El edema se puede instalar rápidamente o gradualmente, puede ser doloroso o ir acompañado de hormigueos, rigidez o de una ulceración de la piel. Otros edemas pueden aparecer en otros lugares del cuerpo y también alcanzar a algunos órganos. Las causas de los edemas de las extremidades inferiores son tan diversas que los síntomas pueden ser extremadamente variados. En ocasiones los síntomas asociados permitirán evocar un cierto número de hipótesis diagnósticas.
El interrogatorio inicial en busca de los antecedentes del paciente y de sus enfermedades es indispensable. El médico determina el carácter bilateral (dos piernas) o unilateral (una sola pierna) del edema de las extremidades inferiores y su importancia, si es doloroso, duro o suave o si hay presencia de inflamación (calor o enrojecimiento de la piel ). Se deben buscar otras localizaciones, así como la existencia de otros síntomas que puedan hacernos evocar las causas. Se necesitarán exámenes adicionales dependiendo de las sospechas diagnósticas tales como:
El tratamiento puede abarcar desde el simple uso de medias de contención a la cirugía dependiendo de la causa identificada. Todo depende del origen del edema en las extremidades inferiores. En caso de flebitis se prescriben anticoagulantes. En caso de edema renal o insuficiencia cardiaca, se utiliza un tratamiento con diuréticos para eliminar el exceso de líquido. A veces, puede ser necesaria la administración de albúmina. El tratamiento específico de la causa es el más importante.
Es posible prevenir el edema de miembros inferiores en muchos casos. Para esto se debe: