El acné es una enfermedad del folículo pilosebáceo que afecta en especial a los adolescentes, aunque también puede perjudicar a los adultos. El acné puede localizarse en cara, cuello, pecho, parte superior de la espalda, hombros y antebrazos.
Las causas del acné varían en función de la edad. Durante la pubertad, las hormonas involucradas provocan una fabricación excesiva de sebo, que es el responsable de obstruir los poros de la piel. En el caso de las mujeres, los cambios hormonales que se presentan antes de la regla suelen ser los responsables y, con menos frecuencia, puede ser que no funcionen correctamente los ovarios o las glándulas suprarrenales.
Otras causas de la aparición de acné pueden ser ciertos medicamentos (como la cortisona, el litio o la isoniazida); la exposición a algunos productos químicos que pueden cerrar u obstruir los poros de la piel y ciertos trabajos —como los de cocinero— donde la persona está expuesta a aceites de frituras con mayor frecuencia.
Existen dos formas principales de acné: el acné con lesiones retencionales o comedionano y el acné con lesiones inflamatorias (papulopustulosas o nodulares). Otra forma de acné que se encuentra especialmente en las mujeres mayores de 40 años es el denominado acne rosáceo.
Los siguientes tratamientos farmacológicos tienen autorización para estar en el mercado del acné desde 2007. Por vía local, la tretinoína (sola o asociada a eritromicina), isotretinoína (sola o asociada a eritromicina), adapaleno, peróxido de benzoílo, antibacterianos locales (como la clindamicina, la eritromicina, la sulfacetamida y el ácido azelaico), el azufre, el sulfato de cobre y el acetato de zinc.
Mientras que por vía general, se encuentran los antibióticos como las ciclinas (doxiciclina, limeciclina, metaciclina, minociclina) y los macrólidos (eritromicina), tratamientos hormonales (como los estroprogestativos y los estroantiandrógenos), los retinoides (isotretinoína) y otros como el gluconato de zinc.
El tratamiento del acné es complejo, pues las causas que lo originan pueden ser múltiples, es decir, su etiología (causalidad) es multifactorial. La multicausalidad del acné y el rol que tienen los cambios hormonales durante la pubertad tornan difícil cualquier intento terapéutico que elija el dermatólogo, ya que sea cual fuere, la mejoría se observa a través del tiempo.
Entre las medidas higiénicas que se deben realizar en todos los casos, se encuentran las curas de higiene adaptadas, es decir, limpieza diaria con geles o paños dermatológicos sin jabón y aplicaciones diarias de crema hidratante para piel acnéica. Por lo general, se indica el agua y el jabón —de preferencia algún producto dermatológico con acción antiseborreica— y luego secarse por completo una vez aclarada la zona.
También se pueden adoptar cambios dietéticos, como reducir la comida que tiende a provocar reacciones cutáneas en personas jóvenes. Los alimentos que deben prohibirse son el chocolate, las fresas, el cerdo, la bollería, los mariscos, el alcohol, los frutos secos y los quesos fuertes.
Tener cuidado con ciertos productos cosméticos. Usar artículos que posean en su envase la leyenda "Indicado para pieles acneicas o seborreicas", ya que algunas cremas cosméticas contienen determinados componentes grasos que pueden condicionar la producción de más áreas de acné. Hay que utilizar los cosméticos que no tienen grasas.
Muchas veces, al principio de un tratamiento antiacneico, el paciente siente que se agrava su dermopatía. Por eso, el médico debe advertir sobre esta situación para evitar la deserción del paciente, especialmente cuando se trata de un adolescente. El paciente debe ser consciente de que el tratamiento medicamentoso es largo y que alterna un tratamiento de ataque y un tratamiento de mantenimiento.
El tratamiento de ataque dura al menos 3 meses y varía según la forma de acné. Cuando se trata de un acné con predominio retencional, se utiliza adapaleno 0,1 % o tretinoína 0,025 % en una aplicación al día, todos los días.
En caso de acné con predominio papulopustuloso en su forma localizada, se propone peróxido de benzoílo 5 % en una aplicación por día o, en caso de intolerancia a este peróxido, se sugiere aplicar adapaleno 0,1 % cada día o un antibiótico local asociado con un retinoide local. En su forma extendida o en caso de evolución prolongada, se recomienda ciclinas o, si están contraindicadas, se utiliza la eritromicina.
Se recomienda asociar un tratamiento local con la antibioterapia general y no asociar una antibioterapia general con una antibioterapia local. En caso de acné nodular, se propone isotretinoína oral.
Para este tratamiento, se pueden aconsejar los retinoides locales, como adapaleno 0,1 % más, eventualmente, gluconato de zinc oral. Para las mujeres que deseen, además, una contracepción se puede proponer una hormonoterapia no androgénica.
Entre los antibióticos que se pueden utilizar en el tratamiento del acné, destacan las ciclinas (doxiciclina, limeciclina, metaciclina, minociclina) y los macrólidos (eritromicina). Si los antibióticos se utilizan por vía local, pueden tomarse solos o asociados con tretinoína o isotretinoína, que pueden unirse a la eritromicina.
En este tipo de acné, se utilizan tratamientos por vía tópica con exfoliantes (azufre elemental, ácido salicílico, ácido glicólico), peróxidos de benzoílo al 4 %, 5 % y 10 %, ácido azelaico y retinoides (tretinoína, isotretinoína y adapaleno).
Para el acné severo, se suele incluir un tratamiento por vía oral con antibióticos sistémicos a base de tetraciclinas, eritromicina, minociclina o clindamicina, que puede durar entre 3 y 6 meses. También es posible utilizar los retinoides sistémicos (isotretinoína) a dosis de 0,5 a 1 mg / Kg por día durante 5 meses. Estos tratamientos permiten alcanzar una curación completa en casi todos los pacientes, aunque a veces se necesita administrar más de un ciclo de tratamiento.
En los casos muy severos de acné, se pueden proponer dos tipos de tratamientos: el tratamiento quirúrgico con drenaje de los quistes o extirpación de los comedones y el tratamiento sistémico con isotretinoína asociada a corticoides sistémicos o intralesionales.
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