La amniocentesis es un estudio que se hace durante el embarazo y que permite recoger información sobre el desarrollo del bebé, tomando una muestra del líquido amniótico. El líquido amniótico es el líquido que rodea al bebé cuando está en el útero
La razón más común para realizar una amniocentesis es determinar si el bebé tiene una condición genética o una anormalidad cromosómica, como el síndrome de Down. Sólo la amniocentesis y el análisis de las vellosidades coriónicas (biopsia de corión) pueden diagnosticar estos problemas con toda seguridad cuando el bebé está en el útero
Casi todos los casos en los que hay un problema de cromosomas, como en el síndrome de Down, trisomía 13, trisomía 18, y anomalías cromosómicas relacionadas con el sexo del bebé (como el síndrome de Turner o el síndrome de Klinefelter). La amniocentesis tiene más de un 99 por ciento de exactitud en el diagnóstico de estas condiciones.
Centenares de trastornos genéticos tales como la fibrosis quística, la anemia de células falciformes y la enfermedad de Tay-Sachs. No se suele usar la amniocentesis con el fin de examinar todas estas condiciones, pero si tu bebé presenta un riesgo alto de padecer una de ellas (por ejemplo, si en tu familia hay algún trastorno de este tipo) la amniocentesis podrá diagnosticar en la mayoría de los casos si padece la enfermedad.
La amniocentesis también puede detectar defectos en el tubo neural, tales como la espina bífida y la anencefalia
La amniocentesis no detecta todos los defectos congénitos. No puede detectar ni el labio leporino ni la fisura de paladar aparecerán en este análisis. Sin embargo, muchos defectos de este tipo pueden apreciarse en el ultrasonido que se lleva a cabo en el segundo trimestre a todas las mujeres que eligieron practicarse una amniocentesis
El riesgo de aborto debido a una amniocentesis es bajo. Las estimaciones varían, pero de acuerdo con el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés), el índice de pérdida debido a este procedimiento es de 1 en 300 a 500 y quizás más bajo, si el doctor que la realiza tienen mucha experiencia realizando amnios.
Sí, con un profesional con gran experiencia, preferentemente uno que realice, al menos, 50 amniocentesis por año. Es importante también tener información del centro donde se va a realizar la prueba y su índice de abortos relacionados con este procedimiento
Un técnico de ultrasonidos con experiencia y que proporcione buenas imágenes durante el procedimiento aumenta enormemente las posibilidades de que el médico pueda obtener suficiente fluido en el primer intento, de manera que no tenga que repetir el procedimiento. Cuando se utiliza la guía constante de las imágenes de los ultrasonidos, es muy raro que la aguja que se usa para extraer el fluido dañe al bebé.