El mal agudo de montaña (MAM), también llamado mal de altura, mal de páramo, soroche o apunamiento, aparece generalmente a partir de los 3500 metros.
A continuación sus causas, sus principales síntomas y su tratamiento.
El mal agudo de montaña es debido a la baja de la presión atmosférica en altitud, que conduce a una falta de oxígeno. Cuanto más aumenta la altitud, la densidad del aire se debilita más.
Existen ciertos factores de riesgos como la presencia de un índice de masa corporal (IMC) elevado y la edad de la persona. En efecto los adolescentes y las personas de edad frecuentemente son sujetos propensos a sufrir el mal de altura.
Generalmente sin gravedad, los síntomas del mal agudo de montaña comprenden cefaleas, náuseas, pérdida de apetito, cansancio, vértigos, insomnio y una disnea (dificultad para respirar).
En casos raros y particularmente en lugares de muy alta altitud, las consecuencias pueden ser más graves con la aparición de un edema cerebral de altitud o gran altitud (ECA o ECGA) o de un edema pulmonar de altitud o de gran altitud (EPA o EPGA).
Es recomendado parar la ascensión cuando los primeros síntomas aparecen. En caso de un ligero mal de altura, no es necesario volver a descender de manera inmediata.
Las soluciones aconsejadas son descansar con frecuencia y tomar pastillas de analgésicos contra los dolores de cabeza. Es en cambio indispensable descender de altitud en caso de edema o en caso de ineficacia del tratamiento.
En caso de un episodio agudo, que puede producirse a más de 4000 m de altitud, puede ser contemplado recurrir a una cámara hiperbárica portátil utilizada en este caso por profesionales. El enfermo es recostado en el interior de la cámara que luego es hinchado a una presión que permite una disminución de desnivel de 2500 m a 3000 m.
La prevención del mal agudo de montaña se efectúa por la aclimatación a la altitud. Es aconsejado proceder a una ascensión progresiva con el fin de acostumbrar al organismo a la presión atmosférica.
Es también recomendado hidratarse, alimentarse sin exceso, no fumar y no beber alcohol.
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