El síndrome del burn-out

La presión a la que con frecuencia estamos sometidos en el trabajo es importante. El miedo a perder el empleo o el alto nivel de exigencia que se nos impone hace que muchas personas sufran de un estrés que a la larga es perjudicial para la salud. El síndrome de burn-out (desgaste o agotamiento profesional) hace referencia a un estado interno de saturación. Las personas afectadas se sienten totalmente agotadas a nivel físico, emocional y mental. También disminuye la capacidad de rendimiento.

La causa

La causa de este síndrome es una sobrecarga continua en el trabajo o una sobrecarga psíquica. El síndrome de burn-out se desarrolla frecuentemente como un estado latente, por lo que no resulta fácil detectar al principio la enfermedad.

¿A quién afecta?

El síndrome de agotamiento profesional puede afectar a los empleados sujetos a intensa presión y estrés constante. Se trata de un fenómeno de los tiempos modernos que inquieta especialmente a los médicos del trabajo y a los sindicalistas. El burn-out es conocido por los especialistas pero no reconocido como enfermedad profesional.
Las profesiones relacionadas con el mundo sanitario, de la educación o la administración pública suelen ser las más afectadas porque están en contacto con personas con problemas y suelen ser ellos los que deben solucionar esos problemas. La frustración se produce cuando ven que su trabajo no es productivo y sienten que su trabajo es baldío. Según datos recientes entre el 20% y el 30% de los médicos, profesores y policías locales padecen sus síntomas.

Los síntomas

El burnout suele definirse a través de tres dimensiones: el agotamiento (sensación de no ser capaz de ofrecer más de sí mismo(a) a nivel emocional, la suspicacia o escepticismo (es una actitud distante hacia el trabajo, hacia las personas a las que se está ofreciendo el servicio y también hacia los compañeros de trabajo) y la ineficacia que es la sensación de que no se están llevando a cabo debidamente las tareas y de que se es incompetente en el trabajo.
La ansiedad o la depresión son el origen de numerosas bajas laborales. También pueden aparecer cuadros de astenia y agitación al mismo tiempo (tics nerviosos, temblor de manos), palpitaciones, taquicardia y pinchazos en el pecho, aumento de la presión arterial, dolores musculares (que suelen afectar, sobre todo, a la zona lumbar), cefaleas, problemas digestivos, trastornos del sueño o inapetencia sexual.
Estos síntomas terminan invadiendo la vida social y familiar del afectado, que opta por aislarse y quedarse solo.

El tratamiento es largo y difícil

En el tratamiento ocupa un lugar importante la psicoterapia, que entrena al paciente y le brinda herramientas para que pueda disfrutar de otras actividades buscando un equilibrio entre la tensión y la relajación. Es importante buscar hobbies o tareas placenteras y aprender hábitos que permitan alcanzar el bienestar.

Algunas estrategias que se pueden proponer

  • Trabajar mejor en vez de más; realizar pequeños cambios que pueden hacer el trabajo menos estresante y más eficiente.
  • Establecer objetivos realistas, teniendo en cuenta nuestra capacidad y nuestras limitaciones.
  • Realizar lo mismo de forma diferente, intentar huir de la rutina, ya que esto proporciona psicológicamente un mayor sentido de autonomía y de libertad personal.
  • Tomar las cosas con más distancia, ya que el agotamiento emocional aumenta cuando se implica demasiado con la gente.
  • Procurar no llevarse el trabajo a casa.
  • Acentuar los aspectos positivos: pensar en los éxitos y gratificaciones personales que obtenemos de nuestro trabajo, así contrarrestaremos las frustraciones y los fracasos.
  • En la mayoría de los casos de agotamiento profesional un buen apoyo es la pareja y los amigos ya que constituyen una ayuda en la reducción de la tensión emocional.
  • Realizar un autoanálisis: es importante conocerse a sí mismo, analizar nuestras propias reacciones y reflexionar. Reconocer nuestros límites y aprender de nuestros errores, ya que esto será un paso hacia el crecimiento personal.
  • Identificar cuales son factores que nos tensionan y tratarlos para reducirlos.

Lo mejor es analizar cada caso en particular. A través de una consulta con un profesional especializado en el tema se puede tener respuesta a estos interrogantes y asi prevenir la enfermedad.

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