Lisinopril: Indicaciones, posología y efectos secundarios
El lisinopril es una sustancia que entra en la composición de medicamentos inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (ECA). Concretamente, esta sustancia provoca una disminución del tono vascular y la dilatación de los vasos sanguíneos, lo que hace disminuir la presión arterial.
Usos
El lisinopril es utilizado para tratar la hipertensión arterial. Es a veces empleado junto a otros medicamentos tales como diuréticos por ejemplo. También se utiliza esta sustancia en tratamientos de algunas insuficiencias cardíacas (incluso en los perros y gatos), es decir cuando el corazón no envía suficiente sangre al cuerpo. En efecto, en este tipo de patologías, el lisinopril permite mejorar los síntomas, reducir la importancia de las complicaciones y por consiguiente alargar la vida. Además, es empleado para tratar las patologías coronarias, después de un infarto de miocardio, particularmente para evitar las recidivas. Finalmente, el lisinopril puede ser utilizado en caso de patología renal de origen diabético.
Propiedades
El lisinopril interviene a nivel del ECA y arrastra una disminución de la tensión de la pared del miocardio (músculo del corazón) haciendo bajar el índice de angiotensina II. Es capaz de favorecer la acción de bombeo del corazón al relajar los vasos sanguíneos.
Posología generalmente recomendada
El lisinopril es una sustancia que entra en la composición de ciertos medicamentos y debe ser utilizado según las recomendaciones del médico prescriptor. Sin embargo, recomendamos de modo general tomar una dosis de lisinopril comprendida entre 2,5 y 40 mg al día en función a la patología a tratar.
Hay que tener en cuenta que este medicamento puede hacer efecto solo 15 días después de su primera utilización.
Efectos secundarios
El lisinopril es susceptible de provocar algunos efectos secundarios tales como tos seca, diarrea, náuseas, dolores de cabeza, pérdida del gusto (ageustia), hipotensión ortostática o cansancio inhabitual. Mucho más raramente, el lisinopril puede provocar dolores de estómago, aumento del volumen abdominal, fiebre, vómitos, erupciones cutáneas o incluso dolores articulares.
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