Una Radiografía de torax normal no descarta totalmente procesos inflamatorios demasiado incipientes. El tamaño de un cáncer puede ser muy pequeño y no ser detectado en una radiografía simple, precisando un estudio más completo con un escaner o TAC torácico. Lo mismo ocurre con las metástasis, tanto a nivel pulmonar como óseo: cuando son pequeñas pueden pasar inadvertidas. Cuando queremos estudiar el corazón o los grandes vasos sanguíneos recurrimos en general a la ecografía ya que es un estudio dinámico y nos permite apreciar con más exactitud las alteraciones en tamaños, cavidades, paredes de los ventrículos, etc.
La interpretación de una radiografía de torax siempre debe realizarse teniendo en cuenta la información clínica. Asimismo es siempre muy útil la comparación con radiografías previas, de años anteriores. Incluso aunque hayan pasado varios años debemos guardar siempre una radiografía de torax para poderla comparar en el futuro si es preciso repetirla.
En caso de embarazo. En el caso de enfermos que tengan inmunodepresión hay que disminuir el número de radiografías al mínimo por los efectos de las radiaciones.