La disección aórtica, también llamada aneurisma disecante de la aorta, es la ruptura de la pared de la aorta, una gran arteria que sale del corazón para hacer circular la sangre por todo el cuerpo. Este fenómeno es poco frecuente y muy grave, ya que puede conducir a la ruptura total de la aorta y la muerte segura. Muy a menudo, esta disección se localiza en la aorta torácica. Sin embargo, hay varias formas de disecciones clasificadas por tipos. Históricamente esta clasificación anatómica es la llamada Clasificación De Bakey, establecida en funcion del origen de la ruptura y de su extensión. Podemos distinguir tres tipos: tipo 1, que comienza en la aorta ascendente hasta la porción descendente, tipo 2 que se inicia y se localiza sólo en la aorta ascendente y el tipo 3 se inicia y se encuentra en la aorta descendente. Más recientemente se ha introducido la clasificación de Stanford, que actualmente es la más utilizada. Encontramos dos tipos: A) que afecta a la aorta ascendente y B) que afecta a la aorta descendente.
Los síntomas de la disección aórtica ocurren de repente. Algunos de ellos son:
El diagnóstico y el tratamiento se llevan a cabo simultáneamente dada la gravedad del caso. Además de la observación de signos clínicos el médico realizará una radiografía de tórax, un electrocardiograma y un scanner para localizar la disección, a veces una RMN o una ecografía dependiendo de la disponibilidad de estas pruebas y del grado de urgencia.
Los tratamientos varían dependiendo del tipo de disección. Las disecciones de la aorta ascendente (tipo A de Stanford) requieren cirugía cardiaca inmediata. En cuanto a las disecciones descendentes (tipo B de Stanford), el tratamiento se hace inicialmente por cateterismo con colocación de un stent aunque a veces también requiere una cirugía.
Debemos comer alimentos bajos en sal y realizar un control periódico en caso de hipertensión arterial, es el principal factor que puede provocar una disección aórtica