La hemofilia es una enfermedad que causa anomalías en la coagulación de la sangre. En circunstancias normales, la sangre se coagula después de un cierto período de tiempo. En el caso de la hemofilia, este tiempo se alarga. La hemofilia son anomalías genéticas relacionadas con el cromosoma sexual X: por lo tanto no afectan a los niños y es trasmitido por las mujeres. Los trastornos están relacionados con un defecto en algunos factores de la coagulación. Hay varias manifestaciones de la enfermedad: la hemofilia A, B o C. Según el factor de coagulación afectado va a aparecer una forma u otra de la enfermedad. En el marco de la hemofilia A, la más frecuente, es el factor VIII el que está afectado; en la hemofilia B o enfermedad de Christmas, es el factor IX.
Los trastornos de la coagulación dependerán de la cantidad de factores que faltan y serán más importantes si el déficit es importante. Se manifiestan por:
Los síntomas aparecen temprano (a menudo desde la primera infancia)
El diagnóstico se establece después de un exámen de coagulación general que elimina otros trastornos de la coagulación, e incluye las siguientes pruebas realizadas en una muestra de sangre:
La dosificación específica de los diferentes factores permitirá diagnosticar precisamente el tipo de hemofilia.
La enfermedad no se puede curar. El tratamiento se basará, en caso de sangrado, en la administración intravenosa del factor de coagulación defectuoso. La educación del paciente y sus familiares es importante: hay que tener cuidado para evitar lesiones y se debe saber cómo reaccionar en caso de sangrado. Las pequeñas hemorragias frecuentes como las hemorragias de boca y encías pueden ser tratadas localmente con ácido tranexánico.