Las Chlamydias son unos organismos que presentan a la vez características de bacterias y de virus. Sin embargo, están adscritos al grupo de las bacterias e incluyen tres especies, responsables de varias infecciones : la Chlamydia trachomatis que caus enfermedades de transmisión sexual, la Chlamydia psittaci que afecta sobre todo al reino animal pero puede ser transmitida a los humanos principalmente que estén en contacto con aves y la Chlamydia pneumoniae responsable, como su propio nombre indica, de infecciones respiratorias. En su forma típica la Chlamydia pneumoniae es responsable de una infección de los pulmones, cuya forma de presentación no es común a las neumonías más frecuentes, y de ahí su clasificación en las llamadas neumonías atípicas.
Los síntomas de una infección pulmonar por Chlamydia pneumoniae son:
Ante estos signos clínicos, que nos recuerdan a los de un síndrome pseudogripal con síntomas parecidos a los de la gripe, una auscultación pulmonar permitirá detectar una afectación del pulmón. Además, unos análisis de sangre revelarán unos niveles elevados de leucocitos en la sangre: la presencia de glóbulos blancos de la sangre elevados es necesaria para sospechar la presencia de Chlamydia pneumoniae en caso de síntomas respiratorios en la auscultación. También se puede realizar una radiografía de tórax que a veces mostrará signos de infección. Más raramente, las pruebas de laboratorio realizadas en el esputo pueden identificar las bacterias implicadas.
En casos sospechosos de neumonía por Chlamydia pneumoniae los antibióticos se asocian con analgésicos y antipiréticos, como por ejemplo el paracetamol.