Algunas personas experimentan cambios importantes en su estado de ánimo cuando los días son más cortos y hay menos luz solar. La luz del sol es necesaria para la vida y los seres humanos no somos una excepción. Con la caída de las hojas y las lluvias otoñales el sol se esconde poco a poco, los días son más cortos y las noches más largas. Inmersos en el otoño y en las puertas del largo invierno no es extraño que muchos de nosotros vivamos `a oscuras'. Cuando nos levantamos aún no ha amanecido, pasamos gran parte del día en nuestros trabajos bajo la influencia de la luz artificial, y volvemos a casa con la puesta de sol o cuando ya ha anochecido.
Debido a esta escasez de luz hay quien en los meses de otoño e invierno (desde octubre hasta abril) padece el conocido como trastorno afectivo estacional (TAE), caracterizado por cambios en el ánimo que se asemejan a un estado depresivo.
De hecho, se calcula que más de 400.00 españoles sienten cómo pierden energía cuando la luz del sol está menos presente en su vida, un problema que adquiere una relevancia especial en las regiones y países del norte, en los que el clima es más frío y húmedo y los días más cortos. Al parecer, los meses más duros para las víctimas de esta particular depresión son enero y febrero
Aunque puede aparecer a cualquier edad es más frecuente entre los 18 y 30 años. Cuando la primavera regresa y los días vuelven a ser más largos, el trastorno desaparece poco a poco y en verano ya no queda ni rastro de él.
Al parecer los días más cortos y por tanto más horas de oscuridad trastocan la producción de dos hormonas claves que ayudan a regular los ciclos de sueño-alerta, la energía y el estado de ánimo. El poder de la luz solar es tal que cuando su presencia es menos intensa los niveles de melatonina, la "hormona del sueño", aumentan y los de serotonina, la "hormona de la felicidad", disminuyen.
Si los síntomas son severos y la vida diaria se afecta considerablemente es posible un tratamiento: la terapia de luz o fototerapia. Esta consiste en una lámpara especial con una luz brillante y fluorescente que simula la luz del sol y puede instalarse en casa. La receta es sencilla: unos 30 minutos diarios, preferiblemente temprano por la mañana para emular la salida del astro rey, y siempre bajo la supervisión de un médico, pues no todas las personas pueden hacer uso de ella.
Los síntomas (no es necesario que aparezcan todos ellos) pueden aparecer poco a poco o de forma repentina y pueden ser leves, graves o de grado intermedio. Sea cual sea su caso, acuda al médico por si el cansancio, la fatiga y la falta de energía pudieran ser causa de otros problemas médicos