El coma se define como un estado alterado de la conciencia en el que el paciente ya no puede responder a la estimulación. De hecho, el coma no permite a la persona que lo padece relacionarse con el entorno. Junto a esta falta de conciencia, las funciones vitales se mantienen. El coma puede ser debido a un trauma que afecta al cerebro, intoxicación por drogas o alcohol, (se llama coma alcohólico), un tumor del cerebro o de un accidente cerebrovascular .
Existen diferentes manifestaciones del coma dependiendo de la etapa: la escala de Glasgow permite determinar la severidad del coma realizando una puntuación de 3, (coma profundo), a 15 ,( conciencia despierta y normal).
Esta calificación evalúa:
El diagnóstico se plantea en la escala de Glasgow basado en la evaluación clínica. Otras pruebas se llevan a cabo en caso de coma para encontrar la causa y se orientan en diferentes suposiciones clínicas planteadas por el contexto:
En caso de coma, la atención médica es urgente. El tema debe ser objeto de vigilancia para asegurar el mantenimiento de las funciones vitales (circulación de la sangre y por lo tanto la respiración pulmonar y ritmo cardíaco). Una puntuación por debajo de 8 requiere intubación para asegurar la función respiratoria del paciente. El paciente que es incapaz de alimentarse, se hará por una sonda de perfusión sanguínea o mediante sonda digestiva cuando el coma persista. Nos aseguramos de evitar la aparición de úlceras por presión y edema cerebral.
La evolución es imprevisible y depende en gran parte de la causa. El coma por intoxicación de drogas generalmente da un buen pronóstico. La evolución de los pacientes con trauma dependen principalmente de la edad (los más jóvenes tienen más probabilidades de mejorar su condición). Es posible ver a las personas permanecer en coma durante varios años. A veces puede ser inducido artificialmente, en algunos casos utilizando sedantes.