La aparición de bultos o protuberancias en el área de la vagina es motivo frecuente de preocupación en las mujeres. Antes de entrar en pánico, es importante saber que existen varias causas y, la mayoría de ellas, no son contagiosas, cancerosas ni provienen de una enfermedad de transmisión sexual.
Los bultos o protuberancias en la zona vaginal son, en su mayoría, quistes. Los quistes son comunes y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. En el caso del revestimiento de la vagina, por lo general, surgen de una glándula bloqueada y se asemejan a granos o bultos bajo la piel. Si son muy grandes o causan incomodidad, deben ser drenados por el médico. No deben ser explotados por una misma ya que, además de ser doloroso sin anestesia, pueden ingresar bacterias y provocar una infección.
Por lo general, los quistes vaginales no presentan síntomas, lo que hace más difícil detectar su desarrollo. Algunas veces, se siente una protuberancia suave en la zona vaginal. Los exámenes ginecológicos de rutina sirven para descubrir cualquier anomalía y controlar su posible evolución. En la mayoría de los casos, este tipo de quistes son benignos. Existen diferentes clases de quistes vaginales.
Las glándulas de Skene se encuentran a los dos lados de la entrada de la uretra. Los quistes del conducto de Skene aparecen cuando los conductos de las glándulas se obstruyen. El uso de compresas calientes alivian los síntomas. Pero si los quistes crecen, producen dolor durante las relaciones sexuales y obstruyen la salida de la orina. En estos casos, se extirpan o, si existe infección, se administran antibióticos orales y después se drena el absceso.
Los quistes del conducto de Gartner aparecen en las paredes laterales de la vagina. Este conducto se presenta mientras un bebé se desarrolla en el útero y desaparece luego del parto. Pero si permanecen trozos del conducto, pueden acumular líquido y transformarse en un quiste vaginal.
Los quistes de inclusión vaginal son los más frecuentes. Se pueden desarrollar debido a una lesión en las paredes vaginales durante la última etapa del parto, un traumatismo o después de una cirugía. También pueden aparecer de forma espontánea.
El quiste o absceso de Bartolino aparece cuando se acumula pus o líquido en las glándulas laterales de la parte exterior de la vagina. Esta acumulación surge por la obstrucción del pequeño conducto de la glándula. El líquido puede infectarse y convertirse en absceso, también puede acumularse por varios años sin presentar síntomas. Cuando aparece, el absceso se nota porque la parte se inflama y se vuelve caliente, también causa dolor, sobre todo, cuando se ejerce presión sobre la zona, por ejemplo, al caminar o sentarse. El tratamiento incluye baños de asiento con agua tibia y el drenado del absceso bajo anestesia local.
La foliculitis consiste en la inflamación del folículo piloso (la parte de la piel que genera el crecimiento del cabello). Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluidos los genitales, tanto en hombres como en mujeres. La foliculitis inicia cuando el folículo piloso se daña por la fricción con la ropa o cuando el folículo se bloquea por afeitarse la zona genital. Después de esto, es muy probable que los folículos dañados sean infectados por bacterias estafilococos (ubicadas, por lo general, en la piel o nariz) y, por esta razón, necesitan antibióticos. Las compresas calientes pueden drenar los folículos.
Puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, incluyendo los genitales. La hidradenitis supurativa es una afección dolorosa que ocurre cuando las glándulas sudoríparas son obstruidas y, consecuentemente, infectadas, aunque no siempre se presentan bacterias. Dejan cicatrices duras. En general, se necesita tratamiento con antibióticos y antiinflamatorios.
Es una enfermedad de transmisión sexual, se contagia por medio de las relaciones sexuales vía vaginal, anal u oral. Causa picor o comezón, ardor y dolor. A menudo, comienza como una llaga similar a una picadura de insecto pero, en pocos días, progresa hacia una ampolla o grupo de ampollas y luego a una úlcera abierta. Puede aparecer en la zona genital o rectal. El tratamiento incluye medicamentos antivirales y analgésicos, además de siempre usar condón al mantener relaciones sexuales.
Algunos tipos del virus del papiloma humano no se transmiten sexualmente, como los tipos 6 y 11. Se les considera de bajo riesgo, ya que no causan cáncer, pero pueden generar verrugas en la zona de los genitales y del ano.
Es una infección de la piel causada por un virus perteneciente a los poxvirus, los mismos que causan la viruela. El molusco causa la aparición de pequeñas protuberancias o lesiones en la piel. La mayoría tiene menos de media pulgada de diámetro, tiene un centro duro y de color blanco, similar a una perla. Algunas lesiones tienen una pequeña hendidura u hoyuelo en el centro. Las lesiones son del mismo color que la piel, pero tienen la apariencia de estar enceradas. El virus se puede propagar por medio del contacto sexual. Al inicio, los síntomas se pueden confundir con los del herpes o las verrugas. Sin embargo, las lesiones del molusco contagioso no causan dolor ni picazón, por lo general.
Son crecimientos carnosos de forma irregular que pueden aparecer en la vagina o en otras partes del cuerpo. Por lo general, no provocan dolor, pero pueden irritarse por la fricción con la piel o la ropa.
Nota: ante la aparición de un bulto o protuberancia en la zona vaginal, lo más aconsejable es visitar al médico para que realice un diagnóstico con certeza.
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