Una hidradenitis supurativa axilar o golondrino es una inflamación y posterior infección en unas glándulas sudoríparas axilares llamadas apocrinas que se localizan en la piel de la axila. Se produce por la obstrucción de los ductos excretores del sudor y se manifiesta por una inflamación y la formación de abscesos (acumulación de pus) profundos y dolorosos.
Generalmente aparecen en las axilas pero pueden aparecer en cualquiera de los lugares donde se hallan estas glándulas: alrededor de los labios, mamas, región genital, inguinal, perianal y cuero cabelludo, fundamentalmente.
Se manifiesta como un bulto que aparece en la axila.
Esta enfermedad se manifiesta frecuentemente como abscesos recurrentes. Como consecuencia pueden aparecer fístulas y tractos fibrosos profundos, con exudación fluctuante de los abscesos e intenso dolor con limitación de los movimientos.
Es más frecuente en mujeres jóvenes y suele comenzar alrededor de la pubertad. Son excepcionales después del climaterio. No tienen una predominancia familiar.
El síntoma inicial es un dolor intermitente y una hipersensibilidad en el sitio del absceso axilar. Después suele aparecer prurito o picor y un nódulo de color violáceo purpúrico, parecido a un forúnculo, de 0,5 a 5 cm de diámetro. Este nódulo está adherido a los planos superficiales y es fluctuante.
Después las lesiones se extienden y drenan un pus amarillento, pegajoso y en poca cantidad.
El proceso es superficial y se localiza unicamente a nivel de la piel y tejido subcutáneo, sin implicación de estructuras profundas. El estado general del paciente no se afecta.
En ocasiones los abscesos son más profundos y están unidos entre sí por trayectos sinuosos, formando placas salientes, irregulares y muy sensibles. En algunos casos se forman fístulas de evolución crónica y recidivante con fases de supuración y remisión y aparición de cicatrices.
Originariamente se creía que se debían a un taponamiento del conducto apocrino con dilatación y cambios inflamatorios y posterior infección bacteriana por estafilococo aureus, estafilococo epidermidis y otros gérmenes. Hoy se considera a la hidradenitis como una alteración del epitelio terminal de los folículos de las áreas de piel en la cual abundan las glándulas apocrinas en las que aparece una obstrucción de los ductos de las glándulas apocrinas y perifoliculitis.
La alcalinidad del sudor, la hiperhidrosis o sudoración excesiva, la diabetes, la obesidad, los intertrigos, la depilación, la falta de higiene y el eccema por contacto, el rasurado, el uso de desodorantes y antitranspirantes (que cierran los poros para no sudar) y las ropas sintéticas y muy ajustadas que no permitan una adecuada transpiración. La hidrosadenitis supurativa se puede relacionar con acné noduloquístico grave y también se la ha ligado con la enfermedad de Crohn.
El forúnculo, la escrofulodermia, una actinomicosis, el linfogranuloma venéreo.
En la mayoría de los casos no es necesario un tratamiento antibiótico. De ser necesario se indican cefalosporinas de primera generación, inhibidores de las beta-lactamasas, clindamicina, vancomicina y rifampicina. Pero no existen evidencias de que el uso de antibióticos modifiquen el curso natural de la enfermedad.
En los casos refractarios al tratamiento médico o en casos recidivantes o extensos el tratamiento es quirúrgico. En los estadios iniciales agudos puede realizarse una incisión y drenaje, seguidos de un tratamiento antibiótico prolongado. Este procedimiento proporciona alivio a corto plazo pero la inflamación suele recidivar. También puede intentarse el curetaje de los tractos fistulosos y la apertura de los trayectos sinusales. En casos extremos se necesitará drenar o eliminar completamente los tejidos enfermos con técnicas de cirugía convencional y laserterapia.
Tener una higiene adecuada en la zona: lavarse bien con jabón, de preferencia con jabón ph neutro que no tenga ningún tipo de sustancia irritante y utilizar polvos secantes como el polvo talco,
Cambiar el tipo de desodorante si se observa algún tipo de alteración en la piel o molestias. También se puede optar por preparar un desodorante casero utilizando bicarbonato y polvo talco al 50 %, o usar polvos en vez de desodorante para evitar la humedad. Es aconsejado beber mucha agua y evitar las situaciones de estrés.
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