El virus del papiloma humano se transmite por las relaciones sexuales sin protección. Por lo tanto existen una serie de circunstancias que facilitan esta transmisión como son tener relaciones sexuales a temprana edad (especialmente antes de los 18 años), tener varios compañeros o compañeras sexuales o relaciones esporádicas con alguna persona desconocida, la falta de detección y atención oportuna y adecuada (en los jóvenes es frecuente por el temor de que se sepa que tienen relaciones sexuales, de acudir al doctor o por el desconocimiento de los signos y síntomas de la enfermedad).
El preservativo protege contra el VPH pero es importante recalcar que este método de barrera no es muy útil para prevenir la infección porque el contagio se da en áreas que no cubre el condón y se transmite por el contacto con la piel y las mucosas.
Los tampones femeninos pueden favorecer que los condilomas penetren hasta el cuello del útero. El tener relaciones sexuales anales u orales con personas infectadas es otro factor de riesgo.
También el hecho de no hacer caso a las lesiones cuando son leves o que aparentemente desaparecen. El VPH, como todos los virus, siguen latentes en el organismo y en cualquier momento reaparecen como enfermedad o se transmiten a otras personas.
En las mujeres que han tenido más de 5 hijos y que están infectadas por VPH el riego de padecer un cáncer de cuello de útero se multiplica por tres.
El consumo de tabaco, el hecho de tener muchos hijos o el ser portador del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) causante del SIDA aumentan el riesgo de VPH. El tabaco duplica el riesgo relativo de sufrir un cáncer de cuello de útero por parte de una mujer infectada por el virus del papiloma. Y a mayor consumo, más impacto.
Aunque el virus en los niños y niñas se puede transmitir sin contacto sexual, la presencia de un condiloma acuminado es un motivo para sospechar e investigar si estamos ante un caso de abuso sexual.
Las mujeres que tienen una pareja masculina que no ha sido circuncidado tienen más riesgo. Los hombres que no han sido circuncidados tienen una mayor probabilidad de infectarse con VPH y de trasmitirlo a sus parejas. Las razones para esto no están claras.
El VPH se puede adquirir mediante relaciones sexuales con personas infectadas a cualquier edad.
La utilización de anticonceptivos orales aumenta el riesgo de sufrir cáncer de cuello de útero en las mujeres infectadas por el virus del papiloma. En este caso, el riesgo vuelve a disminuir al dejar de usarlos.
Tener otras infecciones genitales, como por ejemplo un herpes o una chlamydia, facilitan la entrada el virus del papiloma. La explicación es que dichas enfermedades originan una inflamación en la mucosa, que aprovecha el virus para entrar.
En este caso, el riesgo disminuye. Podríamos, por tanto, decir que el DIU protege del desarrollo del cáncer de cuello de útero en aquellas mujeres infectadas por el virus.