El sistema digestivo y el cerebro están conectados. Muchos médicos se han dado cuenta de que al recetar ciertos medicamentos para tratar la ansiedad, el insomnio y estrés, también se ejercen efecto positivos sobre la digestión.
El cerebro controla los intestinos y sistema digestivo a través del nervio vago por lo que la alteración de uno, puede afectar al otro. Se cree que por esta relación, las enfermedades que afecta el sistema digestivo, también afectan a nuestro cerebro, y pueden generar estrés, e incluso dolores de cabeza, aunque lo más evidente es cómo el estómago resulta afectado por las emociones. Diversas enfermedades del sistema digestivo (como la colitis, las gastritis y el dolor abdominal) se agravan cuando sufrimos estrés, ansiedad o algún factor de tipo emocional y también mejoran cuando estos factores son tratados.
Las digestiones lentas y trastornos digestivos diversos son cada vez más frecuentes. Muchos de estos problemas pueden tener un origen emocional más que una causa orgánica. Cada vez más la relación entre las emociones y la enfermedad se ha vuelto más evidente. Muchas enfermedades pueden ser el reflejo del estado mental: hoy en día se reconoce al estrés como la causa principal de distintos problemas de salud. Lograr el equilibrio mental puede ser de gran ayuda para mejorar la salud en general.
Llevar una dieta saludable favorece una buena digestión y por lo tanto, nuestra mente también estará despejada y en equilibrio. De la misma forma, se cree que los problemas emocionales, afectan nuestra digestión. Para mejorar nuestra salud, es necesario buscar un equilibrio mental.
Los masajes ayudan a calmar el dolor abdominal porque estimulan las conexiones nerviosas. Podemos recurrir a la reflexología o al masaje tradicional en la zona del abdomen. Están indicados, especialmente, en el tránsito lento y el estreñimiento, pero no se aconsejan cuando hay dolor abdominal o distensión.
Pueden ayudar a mejorar los síntomas digestivos y, además, favorecen la relajación por lo que pueden ser muy útiles en casos de estrés y ansiedad.
Es una práctica de curación a través del manejo de la energía universal que se puede canalizar con las manos. Se considera una buena alternativa para quienes son víctimas de estrés y de ansiedad y también puede ser útil para tratar la depresión y otros trastornos emocionales.
Una dieta equilibrada favorece una mejor digestión. Se recomienda evitar los alimentos procesados, ya que suelen ser ricos en hidratos de carbono y grasas poco saludables. Se recomienda también disminuir el consumo de grasas, evitar los alimentos fritos y rebozados. De preferencia consumir alimentos cocidos, a la plancha o al vapor.
El sueño ayuda a que nos recuperemos y la falta del mismo nos vuelve más sensibles a los efectos del estrés.
Los ejercicios de respiración pueden ayudar a la relajación y este estado nos ayuda a mitigar el dolor. También la práctica del yoga puede resultar eficaz ya que esta disciplina se acompaña de ejercicios de respiración.
La psicoterapia cognitiva-conductual es importante para modificar la forma que pensamos y así sentirnos mejor. Es ideal cuando el paciente demuestra ansiedad y se ve claramente afectado por el estrés. Además, nos ayuda a desarrollar habilidades de adaptación, y a mejorar nuestras relaciones.