El espolón calcáneo es una patología del talón que puede impedir desarrollar las actividades diarias con normalidad convirtiéndose en una molestia. Para situar el origen de este excrecencia ósea y empezar los tratamientos adecuados, es esencial comprender su relación con una patología que afecta el arco plantar llamada fascitis plantar.
El espolón calcáneo es una excrecencia ósea puntiaguda que se forma sobre la parte inferior del hueso del talón llamado calcáneo. Esta excrecencia resulta de la inflamación de la fascia plantar, la membrana fibrosa gruesa que conecta el calcáneo (hueso del talón) a las falanges del pie.
Este tipo de lesión también es conocido como fascitis plantar, tuberosidad calcánea, espolón del talón o exóstosis calcánea.
La fascitis plantar (o aponeurositis plantar) designa la inflamación de la fascia plantar. Este fenómeno inflamatorio resulta de microtraumatismos hasta el punto de unión de esta membrana con el talón, cuando la fascia plantar soporta mucha sobrecarga. Cuando la inflamación perdura y se vuelve crónica, un proceso de curación puede comenzar espontáneamente, las células óseas se forman para aliviar la fascia plantar de la sobrecarga excesiva. Aparece un pequeño espolón óseo horizontal. Su presencia es detectada con un simple examen radiológico.
La causa más frecuente es la práctica deportiva intensa (especialmente las carreras y los deportes que solicitan la articulación del pie, como el balonmano y el baloncesto). Caminar o estar de pie por periodos prolongados y repetidos, también contribuye al desarrollo del espolón calcáneo.
Entre los factores que elevan el riesgo de sufrir este tipo de lesión se encuentran la edad, el sobrepeso (también gestantes con sobrepeso), la obesidad, el pie plano. Otro factor que puede provocar la aparición del espolón calcáneo es el uso de zapatos inadecuados (suelas y tacones muy finos o tacones demasiado altos).
Se manifiesta principalmente con dolores en el talón (generalmente unilateral) que dan la sensación de "pisar un clavo". Aparecen sobre todo con los primeros pasos de la mañana o como consecuencia de la práctica de actividades deportivas.
El tratamiento para curar un espolón calcáneo debido a una fascitis plantar, debe en primer lugar reducir la inflamación de la fascia plantar. Varios tipos de tratamientos serán realizados, según la severidad de los síntomas.
Como primera medida se debe dejar de hacer o disminuir las actividades físicas traumatizantes para el talón, considerando la opción de aplicar hielo bajo el talón (especialmente después de una actividad física) durante 5 a 15 minutos. El dolor puede ser tratado con antiinflamatorios no esteroideos. En caso de dolores intensos, se recomienda la aplicación de inyecciones de cortisona.
Otras medidas que pueden adoptarse son el uso de una ortesis plantar y, sesiones de estiramientos específicos de la fascia plantar y del talón de Aquiles. De haber sobrepeso, llevar una dieta para perder peso
Cuando la inflamación desaparece, los dolores ocasionados por el espolón calcáneo, por lo general, se acaban.
Nota: la intervención quirúrgica (ablación del espolón calcáneo) es indicada solo en situación de fracaso terapéutico, pero es exitoso en el 95 % de los casos.