La enfermedad de las encías alcanza a la mucosa situada en la base de los dientes, normalmente de aspecto rosado. Diferentes enfermedades pueden afectar a las encías pero la más frecuente es la gingivitis, que es la inflamación de las encías causada por gérmenes o bacterias que penetran en la raíz del diente. La causa de la gingivitis es la placa dental, constituída por bacterias, moco y alimentos, que se forma continuamente y que se elimina por el cepillado regular de los dientes. La gingivitis es más común en personas con enfermedades inmunológicas como el SIDA aunque también suele afectar a los diabéticos. Encontramos una forma particular de gingivitis en el momento del primer contacto con el virus del herpes: es la gingivoestomatitis herpética.
La gingivitis se manifiesta de la forma siguiente:
En el caso de la gingivoestomatitis herpética, las encías están cubiertas por una capa blanca sobre fondo rojo con pequeñas protuberancias de color gris. Puede aparecer fiebre y dolores que pueden conducir a veces a la imposibilidad de la ingesta alimentaria.
La gingivitis se diagnostica por los síntomas físicos mencionados. El dentista podrá distinguir por la observación de la inflamación de las encías, si se trata de una infección por un herpes virus o bien es de origen bacteriano.
El tratamiento de la enfermedad de las encías se basa en un cepillado minucioso de los dientes y en el uso de una pasta de dientes antisarro. También se recomienda el uso de base de un enjuague bucal antiséptico que controle el crecimiento bacteriano en casos avanzados de gingivitis. Sin embargo, si persiste y la placa se convierte en sarro, sólo un dentista lo puede quitar. En el caso de gingivoestomatitis herpética se requiere un tratamientos antiviral con aciclovir.
Se recomienda cepillarse los dientes regularmente. Debe realizarse una visita anual al dentista y se recomienda una limpieza de boca por un profesional cada año o cada seis meses.