El ronquido es un ruido respiratorio fuerte, áspero o chillón que ocurre durante el sueño. El ronquido es frecuente en los adultos y no necesariamente significa que existe un problema de salud. Roncar es un problema social importante. Las personas que comparten la cama con alguien que ronca pueden tener dificultades para dormir.
En la mayoría de las personas, la razón del ronquido se desconoce. Algunas posibles causas pueden ser el sobrepeso (el tejido extra en el cuello presiona las vías respiratorias), la hinchazón del tejido durante el último mes del embarazo, el bloqueo en la nariz causado por un tabique nasal torcido, doblado o deforme, los pólipos nasales, la congestión nasal por resfriados o alergias, especialmente si se prolonga mucho o la ingestión de alcohol, somníferos o antihistamínicos a la hora de acostarse.
La hinchazón en el paladar (velo del paladar) o la úvula (es el pedazo de tejido que cuelga en la parte posterior de la boca), la inflamación de las adenoides y de las amígdalas que obstruyen las vías respiratorias, tener un tono muscular bajo, un área grande en la base de la lengua o una lengua que es grande en comparación con la boca y las anomalías en los huesos de la cara.
Algunas veces roncar puede ser un signo de un trastorno llamado apnea del sueño. En esta patología aparecen apenas o períodos en los cuales el paciente deja de respirar parcial o completamente durante más de 10 segundos mientras duerme. El episodio va seguido de un resoplido o jadeo súbito cuando se empieza a respirar de nuevo. Luego el paciente empieza a roncar de nuevo. Si se tiene apnea del sueño, este ciclo por lo regular sucede muchas veces por noche. La apnea del sueño no es tan común como roncar.
La postura también condiciona la aparición de esos molestos sonidos nocturnos. Cuando descansamos boca arriba, la base de la lengua cae hacia atrás reduciendo el espacio para que pase el aire. Dormir de lado evitará que taponemos con la lengua las vías respiratorias y, por tanto, ayudará a dejar de roncar.
Es posible roncar por tener la mandíbula retraída. Esto se suele remediar con prótesis bucales que sujetan la mandíbula, retienen la lengua o elevan el paladar.