Para tener unas pestañas largas y bien cuidadas que hagan resaltar y parecer más bonitos nuestros ojos, sólo son necesarios unos minutos al día para su cuidado. Las pestañas componen ese acento negro y brillante, que concede la particularidad a la mirada.
Conseguir el máximo espesor y vitalidad son los deseos que se sitúan en el punto de mira de la mayoría. Necesitan tratamientos suaves e hipoalergénicos, por eso todas las soluciones deben adaptarse primero a las circunstancias de extrema sensibilidad que las rodean. No es conveniente frotarse los ojos: algunos tics como tirarse de las pestañas o frotarse los ojos no resulta positivo ni para nuestras pestañas ni para los ojos en general. Su práctica produce una erosión de la delicada piel del contorno de ojos y suele desembocar en pérdida de pestañas.
Las pestañas están formadas por escamas de queratina que es la responsable de su elasticidad y resistencia. Están coloreadas por pigmentos de melanina, que varían desde el rubio claro al negro. Al igual que el cabello las pestañas crecen, se caen y son reemplazadas por nuevas, aunque más lentamente (cada 5 meses).
Las condiciones externas, especialmente los rayos ultravioletas, las agreden y las resecan aumentando su porosidad, lo que las debilitan. Hay que evitar frotarse los ojos y exponerse al sol sin gafas solares protectoras. Las máscara de pestañas las protegen pero siempre hay que desmaquillar las pestañas antes de irse a la cama, ya que, endurecidas por la máscara, se quiebran fácilmente. Hay que elegir, de preferencia, un desmaquillador que no sea graso.
Cuando las pestañas crecen poco se recomienda pestañear con frecuencia. Existen cremas a base de queratina y aceite de ricino que acondicionan, nutren e hidratan la superficie capilar, fortaleciéndolas.
Las pestañas sanas y fuertes no sólo son deseables por razones estéticas, también es necesario porque de esta forma desarrollarán mejor sus funciones naturales.
Aunque no nos maquillemos las pestañas, resulta muy conveniente cepillarlas con un peine especial y aplicar una fina capa de aceite de ricino o una crema fortalecedora específica para favorecer su crecimiento. Siempre debe hacerse de abajo a arriba y desde la raíz hacia el extremo. Las dosis deben ser mínimas para evitar que el producto entre en contacto con la conjuntiva del ojo y prevenir así posibles irritaciones.
Antes de utilizarlos es conveniente aplicar primero sobre la pestaña, un poco de rimmel incoloro con queratina. Su efecto fijador hará que después de pasar el rizador la forma dure más. Hay que hacerlo con suavidad, porque el prensador puede arrancar pestañas si no se utiliza con cuidado. Debe estar siempre limpio y no se debe intercambiar con otras personas para evitar contagios de bacterias por vía ocular.
Los rizadores con efecto térmico permiten prolongar el rizo durante más tiempo.
La permanente de pestañas es un método poco utilizado porque provoca la caída de las pestañas y es muy agresivo. Es necesario aplicar un producto ácido similar al que se utiliza en las permanentes para el pelo, aunque en este caso se trata de una concentración más ligera.
Agrandan cualquier tipo de ojo y pueden utilizarse tanto para enmarcar toda la silueta del ojo como para rellenar huecos o calvas en caso de pestañas poco pobladas o con espacios demasiado evidentes en su recorrido. Para colocarlas bien se utiliza un pegamento especial, pinzas de punta redondeada y un espejo de aumento para vernos bien. Hay varios modelos de pestañas postizas: el juego completo, en tiras y en grupitos (spikeys) para intercalar entre las naturales. No dormir nunca con pestañas postizas ya que pueden causar daño a los ojos o infecciones.
Las pestañas teñidas proporcionan un color intenso y cierto engrosamiento del pelo. Los tintes suelen durar entre tres y cuatro meses, después progresivamente se va recuperando el color natural. El tinte de pestañas resulta eficaz en caso de pestañas claras o en personas que tienen la costumbre de maquillarlas a diario. Los tintes están contraindicados en caso de padecer conjuntivitis frecuentes o alguna otra alergia ocular.
No hay que olvidarse nunca de desmaquillar cada noche las pestañas con una loción suave, mejor enriquecida con algún extracto emoliente o calmante. El desamaquillaje debe ser suave: sino las pestañas pueden caerse, sobre todo si se ha utilizado una máscara de pestañas resistente al agua.
Estas últimas resultan algo más complicadas de desmaquillar, incluso con un limpiador waterproof. La forma ideal de hacerlo es con un algodón embebido en el producto, realizando movimientos lentos desde dentro hacia afuera y con mucha delicadeza.
Existen productos específicos para desmaquillar los ojos o las pestañas: poner una pequeña cantidad de producto en un algodón, sin impregnarlo demasiado. Desmaquillar las pestañas en movimientos descendentes, del párpado hacia la punta de las pestañas, para evitar que se caigan. A continuación, pasar el algodón debajo de los ojos para eliminar todo resto de maquillaje.
La fragilidad de las pestañas, su débil crecimiento, incluso la tan preocupante caída puede deberse a una mala alimentación. La caída de las pestañas, como la del pelo en general, puede ser un síntoma de carencias de algunas vitaminas y oligoelementos. Para fortalecer las pestañas aplicar cada noche un poco de aceite de ricino con un bastoncito de algodón o un cepillito especial para las pestañas. También se puede usar vaselina.
El khôl protege los ojos de enfermedades. La costumbre de pintarse la raya de los ojos con lápiz de khôl o de kajal procede de los países orientales. Si la mina queda seca se puede colocar cerca de una fuente de calor hasta que se ablande.
La técnica es parecida a la de los injertos de pelos contra la calvicie. Se extrae un pequeño segmento de cuero cabelludo de la nuca (donde el cabello es más fuerte) y se usan 30 0 40 folículos pilosos que luego se implantan uno a uno en la línea de los párpados. Se realiza con anestesia local. Hay que recortarlas y curvarlas periódicamente ya que crecen igual que el cabello.
Las máscara de pestañas las protegen pero siempre hay que desmaquillar las pestañas antes de irse a la cama, ya que, endurecidas por la máscara, se quiebran fácilmente. Una vez abierta tiene una caducidad de tres meses y hay que reemplazarla por otra nueva. Así se evitarán problemas de irritación, y permitirá conseguir en todo momento unas pestañas flexibles, hidratadas y sanas.
La mayoría de las mujeres agitan el cepillo en el tubo de la máscara antes de usarla: es una mala costumbre porque hace que entre gran cantidad de aire en el tubo. Tanto el tubo como el cepillo están diseñados para depositar la cantidad exacta de producto en el cepillo. Nunca hay que irse a la cama sin haberse quitado la máscara de pestañas y el maquillaje.
Mejora la fatiga visual y las molestias ocasionadas por la permanencia en locales cerrados (discotecas, aulas cines...), viajes, deportes como natación y submarisismo o un prolongado trabajo visual delante del ordenador.