Definición
Los trastornos de
ansiedad generalizada o problemas ansiosos forman parte de la antigua clasificación de las
neurosis de ansiedad. Más a menudo presentes entre los jóvenes adultos y las mujeres, se trata de manifestaciones de
angustia permanentes, de inquietudes difícilmente controlables. Este trastorno es relativamente frecuente y afecta aproximadamente al 2% de la población.
Síntomas
Los trastornos de ansiedad generalizada tienen muchas manifestaciones:
- ansiedad de fondo permanente;
- aprensión exagerada por cosas que habitualmente no generan angustia;
- sensación de no controlar las preocupaciones;
- cansancio y alteraciones del sueño ;
- músculos tensos, a veces dolorosos;
- dificultad para concentrarse;
- agitación, excitación;
- tienden a entusiasmarse con facilidad, irritabilidad;
- dolor de estómago y espasmos;
- a veces se asocian a otros trastornos de ansiedad, como los ataques de pánico (aparición repentina de un estado de ansiedad importante que desaparece rápidamente).
Diagnóstico
Para establecer el diagnóstico, el médico le hará pruebas primero para descartar cualquier causa física real. Para hacer el diagnóstico hace falta que la ansiedad sea permanente y que aparezcan picos de angustia. El diagnóstico se realiza generalmente a través del interrogatorio de la persona que se queja de trastornos de ansiedad. En el caso de un trastorno de ansiedad generalizado, estos trastornos impiden que la persona realice sus actividades diarias normales y deben haber aparecido los síntomas desde varios meses antes.
Tratamiento
Los elementos que provoquen ansiedad deben intentar evitarse al máximo. Se recomiendan algunos consejos como
dejar de fumar,
el alcohol, la reducción de la cantidad de
café consumido y realizar una
actividad física regular. Se obtienen buenos resultado con terapias llamadas
cognitivo-comportamentales. A menudo se acompañan con medicación contra la ansiedad o
ansiolíticos, a veces incluso
antidepresivos. Aprender a reconocer las circunstancias que provocan ansiedad y controlar sus eventos, es parte del tratamiento. Otros tratamientos que pueden revelarse muy eficaces son los
métodos de relajación, la psicoterapia de apoyo (que implica una escucha y la desdramatización), así como la psicoterapia, psicoanalítica o de grupo.