Los trastornos de ansiedad generalizada o problemas ansiosos forman parte de la antigua clasificación de las neurosis de ansiedad. Más a menudo presentes entre los jóvenes adultos y las mujeres, se trata de manifestaciones de angustia permanentes, de inquietudes difícilmente controlables. Este trastorno es relativamente frecuente y afecta aproximadamente al 2% de la población.
Los trastornos de ansiedad generalizada tienen muchas manifestaciones:
Para establecer el diagnóstico, el médico le hará pruebas primero para descartar cualquier causa física real. Para hacer el diagnóstico hace falta que la ansiedad sea permanente y que aparezcan picos de angustia. El diagnóstico se realiza generalmente a través del interrogatorio de la persona que se queja de trastornos de ansiedad. En el caso de un trastorno de ansiedad generalizado, estos trastornos impiden que la persona realice sus actividades diarias normales y deben haber aparecido los síntomas desde varios meses antes.
Los elementos que provoquen ansiedad deben intentar evitarse al máximo. Se recomiendan algunos consejos como dejar de fumar, el alcohol, la reducción de la cantidad de café consumido y realizar una actividad física regular. Se obtienen buenos resultado con terapias llamadas cognitivo-comportamentales. A menudo se acompañan con medicación contra la ansiedad o ansiolíticos, a veces incluso antidepresivos. Aprender a reconocer las circunstancias que provocan ansiedad y controlar sus eventos, es parte del tratamiento. Otros tratamientos que pueden revelarse muy eficaces son los métodos de relajación, la psicoterapia de apoyo (que implica una escucha y la desdramatización), así como la psicoterapia, psicoanalítica o de grupo.