La esclerosis múltiple o esclerosis en placas es la enfermedad neurológica no traumática más frecuente del sistema nervioso central en el adulto joven.
Los síntomas de la esclerosis múltiple aparecen en forma repentinamente y luego 24 horas o algunos días después disminuyen la intensidad e incluso pueden desaparecer. Los síntomas varían según los lugares en los que el sistema nervioso central es afectado. Los principales síntomas de la enfermedad son hormigueos, parálisis pasajera de un miembro, una visión borrosa o una baja significativa de la agudeza visual de un ojo, pérdida de equilibrio, incontinencia, trastornos de la memoria y de la atención y cansancio.
La neuritis óptica es una de los síntomas frecuentemente encontrados en la esclerosis múltiple y puede incluso permitir el descubrimiento de la enfermedad en casi el 25 % de los pacientes.
La lesión oftálmica está situada sobre el nervio óptico, pudiendo provocar una baja de la agudeza visual total o parcial, una amputación del campo visual, dolores oculares.
La aparición de sensaciones inhabituales en los brazos, las piernas o la cara, como hormigueos, picores, entumecimiento, sensaciones de ardor o de anestesia son los principales síntomas sensitivos de la esclerosis múltiple.
Dificultad para caminar, pérdida de equilibrio, tendencia a caerse, episodios de debilidad muscular en los brazos o las piernas, contracciones musculares y rigidez se vuelven una molestia para el enfermo.
Problemas de equilibrio y de coordinación de movimientos dificultan las actividades diarias.
Un cansancio importante puede aparecer algunas veces al realizar esfuerzos mínimos.
Trastornos urinarios y de tránsito intestinal como el estreñimiento están a menudo presentes.
Trastornos de la memoria y de atención agravan los trastornos motrices y sensitivos.
Episodios de ansiedad y de depresión forman parte de la vida de estos pacientes.
Una disfunción eréctil en los hombres y una disminución o una pérdida de las sensaciones en la mujer pueden aparecer a menudo.