La fibromialgia es un trastorno que causa numerosos dolores musculares crónicos y difusos, así como cansancio y alteraciones del sueño.
Un enfermo afectado de Fibromialgia debe ser tratado por un equipo pluridisciplinario con el fin de contemplar diferentes tratamientos como medicamentos, sesiones de reeducación y de relajación o por ejemplo una terapia cognitivo-comportamental. En efecto, esta enfermedad contiene varios aspectos muy diferentes que necesitan la intervención de varios profesionales de la salud.
El objetivo de estos tratamientos es permitir el mejoramiento del dolor, del sueño y de las capacidades funcionales. Los tratamientos medicamentosos propuestos son únicamente sintomáticos ya que ningún tratamiento permite curar definitivamente una fibromialgia.
El Tramadol es un analgésico de nivel 2. Puede ser utilizado sólo o combinado con paracetamol.
Los medicamentos antidepresivos son la segunda clase de tratamiento prescritos después de los analgésicos. Actúan positivamente sobre el dolor y el sueño y sobre los episodios depresivos que acompañan la enfermedad.
Los anticonvulsivos son también aconsejados para sus efectos ansiolíticos y analgésicos. Un aumento de peso, una somnolencia, vértigos y edemas pueden aparecer secundariamente.
Los antiinflamatorios no esteroideos y los corticoides no tienen eficacia.