Un estudio realizado por médicos del Hospital Durand, de Buenos Aires, y del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Buenos Aires, concluyó que el consumo de leche en chicos ayudaría a prevenir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y de sufrir un infarto en edad adulta.
Los investigadores hallaron en un grupo de alumnos de escuela primaria que aquellos que más leche consumían tenían menos resistencia a la insulina, tendían a comer más frutas y verduras, y hacían más ejercicio.
El efecto preventivo de la leche se originaría por el calcio y el magnesio que ésta contiene. El primero reduciría la formación de grasa en el organismo, mientras que el segundo está asociado con una mejor secreción de la insulina, la hormona que transporta la glucosa hasta el interior de las células para que éstas la transformen en energía.
Se acusa al "combustible blanco" de efectos no deseados como la gordura y la osteoporosis, pero la leche de vaca es una buena fuente de buena proteína y micronutrientes fundamentales para garantizar un crecimiento óptimo y un correcto desarrollo durante la infancia y la adolescencia.
Sin embargo es falso que beber mucha leche en la infancia y adolescencia evitará que se rompan los huesos en el futuro. Diversos profesionales han investigado esta premisa durante 30 años y no se ha encontrado correlación entre el consumo de productos lácteos y los huesos fuertes.
El calcio no es el único factor que afecta la masa ósea: otros factores hereditarios, la vitamina D, el ejercicio, la ingesta de sodio y el excesivo consumo de alcohol y café también influyen en la densidad ósea. Es decir, el estilo de vida y la predisposición genética pueden provocar osteoporosis pese a una dieta rica en calcio. La masa ósea se gana con la vitamina D de la leche que es la que permite absorber calcio para mineralizar el hueso.
La leche tiene 70 kilocalorías por decilitro. Es un alimento muy completo porque contiene proteínas, azúcares y grasas. La proteína de la leche es de una elevadísima calidad y de alta digestibilidad.
Las proteínas de la leche contienen todos los aminoácidos esenciales para el desarrollo muscular: valina, leucina, isoleucina, metonina y lisina (ésta última es deficiente en los cereales). También contiene vitaminas (A,B2, B6, B12,D,...), minerales como calcio y fósforo, sodio, potasio, cloruro, iodo, zinc (favorece el crecimiento) y selenio (es un antioxidante celular).
Se debe consumir más leche en la infancia y en la adolescencia ya que estas son las edades de crecimiento. Hasta los 3 años son aconsejables las leches adaptadas, maternizadas. Después de los 3 años de 2 a 3 vasos de leche al día.
Los niños pueden consumir leche entera. Las personas mayores ya que no necesitan tanta energía pueden consumir desnatada.
Hay personas alérgicas a las proteínas de la leche pero sólo son el 3% de la población: estas personas no deben consumir leche. El intolerante no metaboliza bien el azúcar de la leche (la lactosa) y al tomar leche siente un cierto disconfort abdominal.