La hemoptisis es la expulsión de sangre por la boca, que procede de la laringe, la tráquea, los bronquios o los pulmones. Es un síntoma respiratorio frecuente que puede aparecer en diferentes afecciones.
En general es una hemorragia leve, autolimitada, que obliga a investigar la causa que la ha provocado. En sus formas graves y masivas es un cuadro de extrema gravedad con elevada morbimortalidad. La presencia de sangre en el esputo (hemoptisis) siempre es motivo de preocupación tanto para el enfermo como para el médico.
El tiempo para el diagnóstico cuenta en forma significativa, puesto que existe la posibilidad de un nuevo episodio que pueda poner en peligro la vida del enfermo, bien por una pérdida copiosa de sangre o por obstrucción de la vía aérea. Suele ser difícil diferenciar entre hemoptisis (expulsión de sangre con el esputo) y hematemesis (espulsión de sangre con el vomito, procede del aparato digestivo).
Se clasifica según su gravedad como:
Leve: menos de 30 ml/día.
Moderada: de 30 a 200 ml/día.
Severa: de 200 a 600 600 ml/día.
Masiva: más de 600 ml/día.
Las causas son múltiples, sin embargo, entre las más comunes se encuentran las de origen canceroso como el cáncer de pulmón y enfermedades infecciosas como la bronquitis, bronquietasias, neumonías, tuberculosis.
Las embolias pulmonares, la hipertensión pulmonar venosa, estenosis mitral, la enfermedad venooclusiva y transtornos vasculares como las malformaciones arteriovenosas y la hipertensión pulmonar primaria son otras posibles causas de hemoptisis.
En otras ocasiones la causa es de origen congénito como los quistes bronquiales. Incluso los traumatismos como una contusión pulmonar o la inhalación de gases o ácidos pueden ser la causa de esta afección.
Otras causas de hemoptisis: problemas sanguíneos, tratamientos con anticoagulantes; cuerpos extraños; hemosiderosis; sindrome de Goodpasture; fibrosis quística; vasculitis; enfermedades del colágeno; granulomatosis de Wegener; amiloidosis; catamenial.
En un 15% de los pacientes no llegamos a saber la causa de la hemoptisis
La hemoptisis es más frecuente en los hombre. La edad media de los pacientes que presentan este síntoma es de unos 50-60 años. La sangre proviene del pulmón: es sangre que aparece al toser, es espumosa y roja (la sangre producida desde el estómago por una úlcera se vomita y es oscura o negra).
Otros síntomas que pueden aparecer son tos, dificultad para respirar, pérdida de peso y fiebre. Son síntomas que debemos preguntar al paciente y que nos orientan sobre la causa de la hemoptisis.
Interrogar bien al paciente sobre las enfermedades anteriores y otros síntomas nos lleva a conocer el diagnóstico en un 70 % de los casos. Tiene importancia saber si el paciente es fumador, si ha perdido peso o si ha tenido alguna enfermedad que pueda influir en el origen de la hemoptisis. También es útil indagar sobre problemas de coagulación de la sangre y tratamientos anticoagulantes. Asimismo se deben evaluar los antecedentes laborales y la profesión del paciente: minero, carpintero, profesiones en las que se manipulan productos tóxicos.
Es importante realizar un buena exploración física y una radiografía de tórax
Si con las anteriores pruebas no hemos llegado al diagnóstico el paciente debe ser derivado al especialista de pulmón (el neumólogo) para realizar una broncoscopia (consiste en meter un tubo por la boca o nariz llegando hasta los bronquios) o un escáner (TAC torácico).
Es necesario realizarla cuando no esta claro el diagnostico, la hemoptisis dura mas de 2 semanas y no se ha encontrado la causa y el enfermo es mayor de 40 años. En los pacientes con hemoptisis masivas la broncoscopia se practica con tres finalidades: localizar el sitio del sangrado, para detener o disminuir la hemorragia y estabilizar al paciente, y buscar la causa. Es mejor realizarla en las primeras 24 horas o, a lo sumo, dentro de las 48 horas iniciales.
Los más habitual es que la hemoptisis sea escasa y se detenga de forma espontánea sin un tratamiento específico. Una vez identificado el lugar de dónde sangra y conocida la causa se trata el trastorno de base. En caso de cuadros leves a moderados, el manejo inicial es conservador y generalmente no invasivo, incluso se puede tratar en forma ambulatoria con acciones tendientes a detener el sangrado y medidas higiénicas que incluyen el reposo en posición semisentada y antitusígenos.
En las hemoptisis masivas el tratamiento debe ser agresivo desde el principio protegiendo la vía aérea y estabilizando al paciente. Posteriormente se debe localizar el punto de sangrado y proponer el tratamiento adecuado.
Hemoptisis