El síndrome de anticuerpos antifosfolípidos (SAF) es una enfermedad que provoca la aparición de trombosis en las venas y las arterias, abortos espontáneos y otros problemas. Puede afectar a cualquier órgano (pulmones, cerebro, hígado, riñones, ojos, corazón y piel). Las mujeres con este síndrome pueden tener abortos espontáneos recurrentes o muerte del feto en el último término.
El SAF afecta, probablemente, al sistema inmunológico, aunque se desconocen sus causas. Las personas con SAF tienen anticuerpos que interactúan con las proteínas en la sangre y hacen que la sangre coagule más de lo normal. Tener anticuerpos antifosfolípidos no significa necesariamente que alguien presentará los síntomas de la enfermedad: un 8% de las personas normales, sin ningún signo de SAF, tienen estos anticuerpos.
Existen dos tipos de SAF: el primario y el secundario. Las personas con SAF primario no presentan ninguna enfermedad relacionada. La forma secundaria se asocia con otro trastorno inmunológico como el lupus (lupus eritematoso sistémico) o con una infección viral. Algunos médicos creen que ciertos medicamentos causan el SAF secundario. El que más frecuentemente se considera sospechoso es la clopromazina (Thorazine). Una forma corta del SFA secundario se presenta comúnmente en los niños después de una infección viral.
El SFA puede provocar accidentes cerebrales, temblores involuntarios de los brazos y las piernas (corea), demencia, jaquecas y otros problemas del sistema nervioso.
El SFA puede provocar ataques cardíacos, problemas en las válvulas del corazón semejantes a la endocarditis bacteriana, trombosis en las cavidades cardíacas superiores y tromboflebitis en las piernas.
Una de cada cuatro personas que sufre de una enfermedad llamada púrpura trombocitopénica idiopática (PTI) tienen anticuerpos antifosfolípidos. Con el tiempo, muchas de estas personas contraen el SFA. Se caracteriza por un número bajo de plaquetas.
Las trombosis pulmonares repetidas pueden causar presión arterial alta en los vasos sanguíneos alrededor de los pulmones (hipertensión pulmonar)
El SFA puede afectar al suministro de sangre a los intestinos que puede provocar dolor abdominal, fiebre y sangre en las heces. El SFA puede producir una condición llamada síndrome de Budd-Chiari, en la que un coágulo de sangre impide que el flujo de sangre salga del hígado; la persona puede tener nauseas, vómitos, ictericia (piel amarilla), orina oscura, heces claras e inflamación del abdomen.
Los coágulos de sangre que afectan a los riñones pueden ocasionar daño renal y sangre en la orina.
El SFA puede causar manchas de la piel de color púrpura y blanco, llagas repetidas (úlceras) y bultos (nódulos) en la piel. Puede causar daño en las yemas de los dedos (gangrena).
Las venas o las arterias de la retina pueden sufrir daños y aparecer visión borrosa o pérdida de la visión.
El SFA puede provocar problemas como abortos espontáneos, desprendimientos de la placenta y una placenta pequeña. Puede originar problemas para la mujer embarazada, como un accidente cerebral o coágulos sanguíneos en los pulmones. El SFA puede estar relacionado con un síndrome de embarazo conocido como HELLP: hemólisis (desintegración de los glóbulos rojos), enzimas hepáticas elevadas y plaquetas bajas.
El diagnóstico se basa en la detección de los anticuerpos asociados con el SFA.
En algunas personas los anticuerpos asociados con este síndrome desaparecen espontaneamente. Esto puede suceder con el SFA primario, pero es especialmente frecuente después de una infección viral, en las mujeres que estuvieron embarazadas recientemente o cuando deja de utilizarse un medicamento que se sospecha que puede estar asociado con el SFA.
Dado que nadie conoce las causas del SAF, no hay modo de prevenirlo.
Cuando un paciente tiene anticuerpos antifosfolípidos pero no ha tenido trombosis o abortos espontáneos se puede tomar una dosis baja de aspirina todos los días. Sin embargo, la aspirina aumenta los riesgos de tener hemorragias, entonces el médico tendrá que determinar si los posibles beneficios compensan el riesgo.
Para las personas con antecedentes de trombosis, generalmente el tratamiento es a base de un anticoagulante llamado warfarina que se toma de por vida por vía oral.
Puede usarse otro anticoagulante llamado heparina antes de comenzar a tomar warfarina. La heparina también se usa para las mujeres embarazadas porque la warfarina no es segura para el desarrollo del feto. La heparina se administra en una inyección.
Una mujer con SFA que esté tratando de quedar embarazada después de haber tendido abortos espontáneos repetidos puede aumentar la posibilidad de un embarazo exitoso si comienza a recibir inyecciones de heparina y a tomar dosis bajas de aspirina. Este tratamiento comienza tan pronto como se descubre el embarazo y continúa hasta justo antes del parto. Con este fin, algunas veces se utiliza una forma diferente de heparina llamada enoxaparina (Lovenox).
Otros medicamentos usados en los casos avanzados del SFA incluyen esteroides, medicamentos inmunodepresores e inmunoglobulínicos. No obstante, no se han probado los beneficios de estos medicamentos y pueden tener efectos secundarios importantes. Se usan solo para las personas que no responden bien a los anticoagulantes.
Generalmente las personas con SAF primario llevan una vida normal y sana con la ayuda de medicamentos y cambios en el estilo de vida. No obstante, algunas personas tendrán trombosis repetidas a pesar de los mejores tratamientos.