Un déficit alimentario corresponde a una insuficiencia nutricional de los alimentos consumidos a diario, pudiendo provocar ciertos trastornos del organismo.
A continuación un panorama sobre las posibilidades de compensar los diferentes déficits de vitaminas y en minerales.
La vitamina C protege las células y los tejidos de la oxidación, refuerza las defensas inmunitarias y mejora la absorción del hierro. El cansancio, los dolores articulares y la anemia son las principales manifestaciones de un déficit en vitamina C.
Para cubrir una falta de vitamina C, es aconsejado consumir frutas y verduras frescas regularmente (de preferencia todos los días). Los complementos alimentarios pueden ser tomados de refuerzo, según la importancia de la carencia.
Los mayores de edad, las mujeres embarazadas y las personas bajas de peso son las más afectadas por un déficit en vitamina D, responsable de dolores y debilidades musculares, de cansancio y de anomalías óseas en los casos más graves.
La vitamina D es difícil de encontrar en la alimentación. Sin embargo los peces como el salmón, el arenque y la caballa forman parte de alimentos más ricos en vitamina D.
Una exposición corta al sol, dos a tres veces a la semana, permite cubrir las necesidades en vitamina D.
Un déficit de calcio puede tener efectos sobre la salud ósea y dentaria a largo plazo y provocar calambres musculares al corto plazo.
Para cubrirla, el consumo de productos lácteos es claramente aconsejado. Otros alimentos son ricos en calcio como las sardinas en conserva, el perejil, las almendras y las espinacas por ejemplo.
Por lo general, la insuficiencia de hierro tiene como consecuencia la anemia. El cansancio, dolores de cabeza, la pérdida de apetito son sus principales síntomas. Para compensar esta carencia, es aconsejado adaptar su alimentación y consumir alimentos ricos en hierro tales como la morcilla negra, el hígado (una vez cada quince días) y las carnes. Es recomendable completar con alimentos ricos en vitamina C, que favorecen la absorción del hierro.
El magnesio actúa sobre el equilibrio nervioso, el sueño, los músculos y la digestión.
Para encontrar una aportación correcta en magnesio, los alimentos que hay que privilegiar son las verduras secas, las verduras verdes, el chocolate y los cereales integrales. La dieta alimentaria puede ser completada por un consumo de agua mineral rico en magnesio.
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